Los niños menores no tienen el lenguaje suficiente para expresar su angustia y miedo, por lo que los adultos cercanos deben enseñarles y darles estrategias para poder comunicar lo que están sintiendo.
Es así que si tus hijos o niños cercanos están ansiosos, podrías observar quizás que se comen las uñas, chupan su ropa, se mueven constantemente, llaman la atención de maneras inadecuadas, ya sea con un mal comportamiento o a través de hablar demasiado.
Estos cambios conductuales pueden aparecer ocasionalmente y aisladamente, pero lo que les debe llamar la atención en un niño con angustia son los cambios de conductas que se hacen permanentes en el tiempo, notando que el niño «no era así»
Cuando tú notas que tu hijo tiene signos y síntomas de estrés puedes seguir estos consejos para manejar la ansiedad para ayudarlos a calmarse y manejar su estrés:
1.- Abrázalo suavemente, dile que lo amas y siempre estará ahí para ellos, pero si mientras lo abrazas puedes cantarle alguna canción que le cantabas cuando era más pequeño y lo amamantabas mucho mejor ya que subconscientemente se disparan sensaciones de protección y cuidado más potentes que una explicación verbal.
2.- Al momento de acostarse pídale que deje todos sus pensamientos estresantes, ideas o cosas que tenga en su cabecita en un pequeño cofre en su velador para que pueda descansar y a la mañana siguiente estarán ahí para que los vuelva a tomar y pueda darles tiempo y resolverlas y mejor aun dado lo concreto que pueden ser los niños, pídele que dibuje lo que le angustia y déjalo en la cajita ya que podrás saber con mayor certeza lo que le aqueja y su mente subconsciente entenderá en mensaje de guardar los pensamientos durante la noche.
3.- Invítalo a tomar un helado o solo a caminar pero es importante que salgan solo los dos (un niño a la vez), para que tengan intimidad, aunque sean 10 minutos, con esto le mostrara que él o ella es importante para ti. De hecho esto se debería hacerse rutinariamente durante el año y así generar espacios permanente de intimidad. En este punto te recomiendo tomarse el helado (o lo que hallan elegido) estando de frente para poder mirarse a los ojos directamente puesto que el subconsciente de los mamíferos superiores logra calmar importantemente las angustias al mirar los ojos de un ser querido.
4.- Cuando lo vea angustiado o ansioso, acompáñalo y respira junto a él lento y profundo, sin que se de cuenta y observa que luego de un rato tu hijo o hija estará respirando más lento y calmado solo por imitación subconsciente ya que los seres humanos tendemos a sincronizarnos inconscientemente, lo que generará una manera de evitar el estrés.
Estos ejercicios para controlar el estrés tienen mayor eficiencia si estás dándole un abrazo en ese momento ya que lo podrá sentir por medio de su cuerpo además del resto de los sentidos, también prueba luego de un rato dar un gran suspiro y si ellos suspiran tienes la seguridad que estan sincronizados, siendo una eficiente manera de para superar la angustia en los niños y verás que con alta frecuencia ellos también suspiran lo que genera una sensación de calma e incluso disminuye la frecuencia cardiaca.
5.- Cómprale una masa tipo play doh, para que pueda manipular o apretar cunado lo requiera, también pueden jugar a meter los pies en una caja con porotos o jugar con plástico de burbujas para envolver, o cualquier otra actividad que produzca una fuerte estimulación poco habitual de las sensaciones táctiles, que son el equivalente a los masajes de los adultos, lo que produce una caída de del sistema de alerta siendo una eficiente manera de superar la ansiedad infantil.
Este tipo de estrategias ayudarán a tu hijo e hija a sentirse más tranquilo, sin embargo, recuerda que es primordial ante que todo ponerle un nombre a aquello que está sintiendo, pero como son niños y su lenguaje es limitado no le puedes pedir que diga algo como ”me siento ansioso”, así que a aquello que siente pónganle un nombre ficticio que para él o ella tenga sentido como por ejemplo «siento rojo» «siento como agua» o cualquier otro modo de expresar lo que siente, pero que tenga sentido para el niño más que para el adulto, esto para que en otra oportunidad futura pueda decirte que está sintiendo «rojo» y lo puedas entender.
Por último, siempre valida sus sentimientos o emociones, por ejemplo le puede decir “eso que me estas contando a mi también me ha pasado» y acto seguido le das una salida diciendo algo como «pero se me pasó haciendo ….» o » pero me duró muy como solo abrazando a mi mamá» con lo cual estás haciendo una predicción de lo que le va a ocurrir.

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